La automatización y la orquestación se han convertido en una parte crítica de la defensa y recuperación de las estrategias de ciberseguridad. Las políticas de los ciberseguros requieren disponer de planes probados y bien documentados. Una recuperación rápida y fiable forma parte integral del proceso de respuesta ante un incidente cibersegurdidad general, y debe planearse cuidadosamente, de igual forma que el resto de la arquitectura de seguridad. La automatización permite que las pruebas se hagan de manera regular y alerta a los administradores de los cambios que se produzcan en el entorno, de forma que los datos no puedan ser dañados durante un ciberataque.