Un sistema VDI es aquel en el que la organización tiene un conjunto de imágenes del sistema operativo que se ejecutan en máquinas virtuales que se administran a través de un hipervisor. Los usuarios se conectan a las VM a través de dispositivos endpoint, que pueden ser equipos de escritorio, clientes ligeros o incluso dispositivos móviles.
Las máquinas virtuales persistentes guardan su estado entre usos. Un empleado podría iniciar sesión en una VM persistente desde su equipo portátil, de escritorio o dispositivo móvil y beneficiarse de tener acceso a aplicaciones configuradas como a su gusto, así como a todos sus archivos. Las implementaciones persistentes son útiles para los trabajadores del conocimiento que necesitan acceso a "su propio" entorno, pero requieren una administración más cuidadosa que las implementaciones no persistentes.
Por el contrario, las VM no persistentes o sin estado son aquellas que no guardan su estado entre usos o cuya configuración se restablece según un cronograma fijo. Un uso común de las VM sin estado es en la educación. Un estudiante de ciencias de la computación podría iniciar sesión en una máquina virtual configurada con una pila específica de aplicaciones de desarrollo para garantizar que todos los estudiantes tengan una experiencia fluida al trabajar con materiales de aprendizaje.
VDI es una tecnología potente y flexible, pero que conlleva recursos adicionales significativos en comparación con otras soluciones de virtualización. Si su caso de uso se alinea bien con VDI, puede ser una sabia elección. Los beneficios de usar una VDI con hipervisores incluyen:
Sin embargo, no todos los casos de uso se adaptan a VDI. En algunas situaciones, los servicios de escritorio remoto o el uso de contenedores en lugar de una configuración de hipervisor completo pueden tener más sentido porque los contenedores son más ligeros. Los microservicios son un ejemplo de casos en los que los contenedores sin estado se pueden utilizar de manera muy efectiva, por ejemplo. Las desventajas de VDI incluyen:
Las VDI pueden ser útiles para las personas que realizan gran parte de su trabajo mientras están de viaje o para las organizaciones que necesitan poder aprovisionar máquinas para sus usuarios rápidamente, como:
La VDI se presta especialmente bien a entornos en los que los trabajadores necesitan utilizar un software que consume muchos recursos (como los investigadores que ejecutan simulaciones) o acceder a información muy sensible, en los que sería un riesgo permitirles tener datos en sus máquinas locales. También es útil en entornos con empleados temporales y una rotación relativamente alta, ya que las máquinas se pueden configurar y apagar fácilmente.
La VDI podría ser adecuada para su organización si:
VDI es menos adecuado para organizaciones en las que los trabajadores remotos realizan una tarea simple y específica que podría ser manejada por una tableta o un dispositivo dedicado. Tampoco es adecuado para trabajadores móviles que no siempre tienen acceso a Internet u organizaciones que carecen del hardware o las habilidades de TI internas para administrar implementaciones de escritorios virtuales.
Si ha decidido que la virtualización tiene sentido para su empresa y le gustaría utilizar VDI, tenga en cuenta lo siguiente:
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